Relatos de SantÁgueda

EL ÁNGEL DE SANTA ÁGUEDA

*Una historia real contada por doña María Ñíguez Aguilar

Imagen simulada de la cara del "ángel"
de Santa Águeda rescatada
y conservada tras la Guerra Civil,
hoy en ¿paradero desconocido...?

25  julio de 1936. Manuel Ñíguez Úbeda (Catral, 1893), llega de trabajar en su huerta de la Finca la Tercera de Santa Águeda. No era su casa pegada a la Ermita la que ardía; era el humo que desprendía el  interior del santuario que habían quemado algunos a primeras horas del día. Es mediodía, recién comenzada la Guerra Civil. La "santa" había sido sacada de su recinto ermitaño y llevada a los bancales del "tío Miguel Rodríguez", padre del conocido "teniente veneno", muy cerca del templo santagadeño y quemada después de ser maltratada con insultos poco audibles y antisonoros para la gente de bien, tiroteada, jaleada, insultada...

Manuel Ñíguez Úbeda (Catral, 1893) conservó
en su casa junto a la Ermita la cabecita
del "ángel" de Santa Águeda rescatada
el 25 de julio de 1936

Seguramente, uno de los ángeles, el de la parte superior de la cruz de la imagen, se desprendió en la refriega y cayó al suelo sin que los valientes "quemadores ignorantes sacrílegos" se percataran de ello. La imagen del ángel quedó destrozada y en el suelo, junto a la "ermita", se distinguía parte de su cabeza. Manuel, que llegaba de andar más de un quilómetro hasta llegar de su finca al santuario, observó inmediatamente en tierra algo que le llamó la atención: la figura casi derruida de una carita de ángel de la figura de madera que flanqueaba al cielo de la imagen de la "santa". Se dio cuenta que era, efectivamente, lo que quedaba del rostro de este ángel, la cogió y se la llevó a su casa de la planta baja de la casa junto a la Ermita. Allí la tuvo colgada encina de su mesita de noche de su dormitorio hasta su muerte y aún después, hasta que falleció su mujer María Aguilar Calvo. La mantenía con un cordón de seda colgada, aquella reliquia que ahora sale a la luz para que Catral conozca la historia.

María Ñíguez Aguilar cuenta esta historia real (Catral, 1931):

"No es cierto, asegura María, como el vulgo ha dicho, que se salvara

el  ángel completo, y menos que se conservara en la iglesia de Catral". 

No hay certeza quién lo recogió pero bien  es verdad que alguna persona guarda los restos de la cabeza de este ángel sin que nadie sepa a ciencia cierta de quien se trata. Empeñémonos todos en averiguar su paradero, porque hablamos de un tesoro que no debe permanecer escondido.

Relato escrito por J. Sáez C.   (Castrum Altum)